Con tanto aparatito encendido, ¡no veas como sube la factura de la luz a final de mes! Pero por suerte, existen trucos para ahorrar hasta un 40% de electricidad en tu hogar.
Siempre que me ha venido una factura escandalosa de luz, inmediatamente he apagado luces y aparatos para comenzar con el buen hábito de no despilfarrar tanta energía pero… esta buena intención apenas duraba las primeras semanas. Al poco tiempo… de vuelta al gasto.
El ahorro energético siempre me ha costado mucho más que el ahorro en ropa u ocio… Porque, ¿Cómo conseguir que todo aquello que no estoy utilizando esté apagado? Soy un desastre, lo admito. Y recordar que tengo que apagar el pilotito de la televisión cada vez que dejo de utilizarla, o que tengo que desenchufar el cargador cuando retiro el móvil, es algo a lo que no termino de habituarme.
Por eso hace poco que me informé de algo que últimamente no hace más que salir en la televisión y comentarse por la calle: El Ahorro Energético Sostenible.
Ahorro y Eficiencia Energética
Todos nos encontramos muy ligados a esa sostenibilidad del medio ambiente hasta que ello implica poner un poco de nuestra parte… “¡Uf! ¿Que tengo que hacer qué en mi casa?”
Y efectivamente, así pensaba yo hasta que me comentaron que con la Eficiencia Energética no solamente gana el medio ambiente, sino que con ello también mejora la calidad de la vida personal y, que además, se consigue un ahorro de entre el 10% y el 40% de electricidad.
Ahora ya la cosa cambia…
Así que me puse manos a la obra para descubrir qué aspectos tenía que tener en cuenta en mi casa para lograr ese ahorro del que tanto se hablaba, y encontré las cuantiosas posibilidades de respetar el medio ambiente y mi bolsillo.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), un hogar medio en España, si tuviera todo tipo de aparatos eléctricos, consumiría en electricidad unos 4.000 KWh al año, que quedarían repartidos como os mostramos en la siguiente imagen:
Esto es lo que, mediante la Eficiencia Energética, se intenta reducir para que la necesidad de energía eléctrica en cada hogar sea menor y con ello obtengamos un mayor ahorro eléctrico y una mejor calidad de vida y del medio ambiente. Así que, como os decía, todos salimos ganando con tan sólo poner un poco de nuestra parte.
Por ello, vamos a ver qué aspectos podemos mejorar en nuestros hogares y cómo hacerlo:
Iluminación
Hay épocas del año en las que apenas tenemos horas de luz, por lo que la luz artificial es nuestro único aliado (¡dichosos inviernos…!). Pero para conseguir reducir nuestra factura de la luz, basta con aplicarse unos buenos hábitos como los siguientes:
- Sustituir las bombillas por otras de bajo consumo o leds, ya que ahorran hasta un 80% de energía y duran 8 veces más. Es cierto que una bombilla tradicional es mucho más barata (0,60 €) frente a una de bajo consumo (9€), pero a la larga, una lámpara de bajo consumo nos ahorra 20,49€ en la factura de la luz. ¿Que cómo lo sabemos? Vemos un ejemplo:
Una bombilla tradicional de 100 W, que cuesta unos 0’6 €, nos da la misma luz que una de bajo consumo de 20 W la cual, tiene un precio estimado de 9 €.
Ahora bien, imaginemos que tenemos ambas luces encendidas 5 horas diarias. A pesar de estar el mismo tiempo encendidas, el consumo eléctrico es diferente, veamos por qué:
100 W x 5 h/diarias x 365 días = 182.500 Wh consumiría una bombilla tradicional
20 W x 5 h/diarias x 365 días = 36.500 Wh consume una bombilla de bajo consumo
Para saber cuánto supone esto de ahorro en la factura de la luz, debemos saber que en el recibo nos facturan por kilovatios (kWh). Suponiendo el que kWh cuesta unos 0,14 € el precio del consumo realizado sería:
182.500 Wh x 0,14 €/kWh = 25,6 €
36.500 Wh x 0,14 €/kWh = 5,11 €
Es decir, en un año, la lámpara de bajo consumo nos ahorra 20,49 € (25,6 € – 5,11 €)
- Apagar las luces cuando salgamos de una habitación alargará su vida útil ya que el volver a encenderlas no consume apenas nada: en los tubos fluorescentes equivale de media a 24 segundos de funcionamiento, uno y dos segundos para la tecnología LED, y menos de un segundo para las lámparas fluorescentes compactas.
- Si queremos optimizar al máximo la energía eléctrica de nuestro hogar, podemos optar por instalar iluminacion automática en zonas de nuestra casa como pasillos, vestíbulos, escaleras… Para que se encienda automáticamente la luz mediante su detector de movimiento. Así nos aseguraremos de no dejar las luces encendidas y gracias a ello, de reducir nuestra factura de la luz.
- Regular el nivel de luminosidad de nuestro hogar mediante reguladores que cambiarán la intensidad de la iluminación adaptándose a las necesidades y evitando así gastar más luz de la necesaria.
Con una correcta gestión automática de la iluminación de nuestra casa, potenciaremos el ahorro en nuestra factura de la luz en un 35%.
Calefacción y Refrigeración
Casi la mitad del consumo de energía en los hogares es debido a la calefacción. Por eso en este aspecto debemos conseguir un mayor control para reducir este consumo al máximo. Y para ello, los consejos que podemos llevar a cabo son:
- Controlar el termostato de los radiadores de calefacción y de refrigeración para conseguir una temperatura ideal y realizar un consumo responsable. Para ello, debemos saber que la temperatura ideal en el invierno es de 20 ºC durante el día y 18 ºC durante la noche. Y en verano, la temperatura de confort es de 25 ºC. Recuerda que con cada grado adicional de temperatura, los costes de calefacción y aire pueden incrementarse hasta un 8%.
- Para potenciar al máximo el rendimiento de la calefacción, es aconsejable evitar “ocultar” bajo tropecientas prendas de ropa o cualquier obstáculo el radiador para que el calor tenga vía libre y pueda repartirse por la habitación sin problemas.
- Instalar persianas motorizadas puede ayudarnos a mantener una buena temperatura en nuestra casa, ya que, una vez programadas, ellas solas se subirán para aprovechar la luz del sol en invierno y se bajarán para no dejar pasar el calor en verano.
- Asegurarse de que la calefacción está sincronizada con nuestros horarios para evitar un despilfarro de energía cuando no hay nadie en casa. Para ello, es recomendable utilizar termostatos programables para poder fijar las temperaturas en diferentes franjas horarias en las que sí hay gente en casa. Además, su precio es muy asequible, desde los 21 €, que se amortizan rápidamente por los ahorros conseguidos.
- Un aislamiento adecuado reduce las pérdidas de calor hasta en un 90%. Estas pequeñas mejoras en el aislamiento pueden conllevar ahorros energéticos y económicos de hasta un 30% en calefacción y aire acondicionado.
- Mantener una adecuada limpieza de los radiadores ayuda a mejorar la transmisión de calor. Por ello, es conveniente purgarlos al menos una vez al año, al inicio de la temporada de calefacción.
- Para evitar una salida excesiva de calor de nuestros hogares, en invierno es recomendable que, a la hora de ventilar las habitaciones, no se mantengan las ventanas abiertas más de 10 minutos ya que no se necesita más tiempo para renovar el aire.
- Recuerda ajustar la temperatura de calor/frío a cada zona de nuestra vivienda, ya que no en todas se necesita a la misma temperatura y esta regulación se traducirá en un ahorro energético.
Electrodomésticos
Cuando compramos un electrodoméstico, siempre intentamos buscar que consuma poco, además de que sea barato, claro. Pero esto, a veces, ¡es un lío!
Así que, para no volvernos locos, basta con conocer el significado de la etiqueta energética que acompaña al electrodoméstico. Así podremos identificar de forma más rápida la eficiencia energética del producto.
Existen 7 clases de eficiencia, y a estas se les caracteriza por un código de colores y letras ( Color verde y “A” = equipo más eficiente. Color rojo y “G” = equipo menos eficiente)
Bajo las siete clases de eficiencia, encontraremos un recuadro que nos indicará el consumo de energía del aparato en cuestión. El consumo que aquí indica, será menor en aquellos aparatos más eficientes (“A” verde) y casi tres veces mayor en aquellos menos eficientes (“G” rojo). Esto indica qué producto proporcionará más ahorro en nuestra factura eléctrica, ¡que luego vienen los sustos y nos disgustamos!
Por ejemplo, si tuviésemos que comprar un frigorífico y nos encontráramos con tres diferentes y cada uno de ellos con tu etiqueta energética indicando eficiencia pero en diferente grado, deberíamos de interpretar esa información de cara a cuál consume menos de los tres, y el resultado sería el siguiente:
Pero además, esto no es lo único que podemos hacer en cuanto al ahorro de consumo, ya que los electrodomésticos y aparatos que ya tenemos, seguro que en su día no iban acompañados de dicha etiqueta, así que no os torturéis; no es vuestra culpa que consuman más de lo debido, aunque lo que podéis hacer para ahorrar energía, es aplicar los siguientes consejos:
- Si apagamos las televisiones y videoconsolas del todo (no vale dejarlo en stand by; ¡fuera pilotitos!), ahorraríamos en la factura de la luz hasta 100€ anuales, ya que, aproximadamente, es lo que estamos pagando de más por dejar las cosas a “medio apagar”.
- Por ejemplo, muchos tenemos la manía de dejar la fotocopiadora encendida “para cuando la necesitemos” y así se tira muchos días sin utilizar… ¿sabías que una fotocopiadora encendida durante la noche consume la misma energía que lo que consumiría la fotocopiadora si hiciese 1.500 copias seguidas? Razón suficiente para apagarla del todo si no vamos a utilizarla, ¿no?
- Y siguiendo el tema de la informática, en cuanto a los ordenadores, es preferible programarlos para que entren en modo hibernación cuando no detecten actividad, al igual que es totalmente recomendable apagarlo del todo si no vamos a utilizarlo durante las dos horas siguientes.
Con estos tres consejos anteriores, lo que quiero decir es que, si realmente queremos ahorrar en nuestra factura de la luz, apagar completamente los equipos electrónicos es más útil de cara al ahorro que dejarlos en stand by.
Haz de tu casa un lugar eficiente
Como veis, son muchas las prácticas que podemos llevar a cabo para reducir el consumo eléctrico de nuestra vivienda ayudando con ello al ahorro familiar, a mejorar la calidad de vida y el medio ambiente.
Por ello, también sería aconsejable hacerlo saber en la comunidad de vecinos de tu vivienda, ya que actualmente, los edificios residenciales consumen el 21% de la energía total del planeta. Y ahora que tenemos conciencia sobre lo mucho que consumimos… ¿no os parece una pasada?
Si aún no se han tomado todas las medidas posibles, propón en la próxima junta de vecinos llevar a cabo un análisis de las instalaciones para detectar en qué se podría mejorar (energéticamente hablando). Juntos podréis comprobar como se reduce este gasto energético común y así, llegar a un potencial de ahorro de hasta el 40%.
Así que recuerda que tanto en iluminación, como en calefacción y refrigeración y electrodomésticos y aparatos del hogar, es posible llevar a cabo unas medidas para conseguir que nuestra casa sea eficiente y con ello ahorremos una cantidad considerable en la factura de la luz.